18 de abril de 2012

Relato de un adolescente del siglo XXI



Charlando con mi viejo el otro día me dejo pensando sobre lo equivocado que estaba mi concepto sobre las personas “mayores”. Resulta que durante un clásico sermón acerca del uso de preservativo (o profiláctico como le dice él) yo me harte y le dije medio en joda: “Pero no se para que me lo repetís a cada rato, a  mi eso no me va a pasar, solo los boludos embarazan a sus novias”. Por supuesto me arrepentí de decir eso a los dos segundos que termine de hablar, “uy ahora se va a poner peor” pensé, así que me pare lo mas derecho que puede lo encare y espere su reacción. Mi viejo se queda mirándome sin decir absolutamente nada, se sentó en el sillón del living, metió la mano en su saco, agarro un faso, lo prendió y ante mi asombro empezó a cagarse de risa. Me invito a sentarme a su lado y me ofreció un puchito. “¡No! -le digo-, si yo no fumo” Hizo una mueca de incredulidad y guiñándome el ojo me dijo: "Bueh, hace una excepción entonces, por mí". Acepte sus Chesterfield y lo prendí (en realidad yo tenia unos Marlboro en los jeans pero no quería arruinar el momento), me acomode en el sillón al tiempo que comenzó a hablar en un tono raro: “te voy a contar una historia... una historia de un muchacho que tocaba la guitarra en una banda de rock”. Me sorprendió un poco así que le recordé que estábamos hablando de embarazos no deseados y no acerca de la adicción al alcohol y a las drogas: “ Sí querés, me advertís sobre eso mañana o el fin de semana que viene, no nos desviemos del tema así terminamos antes de que empiece fútbol de primera ¿ok?" Me dio un chirlo en la nuca y continuo:
“Este muchacho, era una de esas personas que tuvo siempre muy buena suerte, se metía en uno que otro quilombo de vez en cuando, pero siempre safaba. Nunca escuchaba consejos y decirle pendejo impulsivo solo inflaba mas su orgullo.”Tengo una vida muy relajada y perfecta” era su frase típica, la cual repetía cada vez que recibía noticias sobre ex compañeros del colegio o amigos de la infancia que se encontraban en situaciones “embarazosas”. En fin, cuando conoció a una muchacha muy linda que lo enamoro inmediatamente más de uno predijo lo que iba a suceder. No hubo mucho cortejo por parte de él(estar en una banda genera un tipo de testosterona solo perceptible por la psiquis femenina que vuelve irresistible a cualquiera hombre) así que comenzaron el noviazgo y fiel a su estilo, jamás iba preparado para la acción, por lo que el soldado siempre luchaba sin casco, por decirlo de alguna manera. Sus amigos le advertían sobre las terribles consecuencias que podían traerles sus andanzas, pero sin embargo el siempre decía que NUNCA LE IBA A PASAR.
Como es de esperarse en este tipo de historias, al poco tiempo la novia llego con la feliz noticia: estaba embarazada. Y por mas que él recurriera a las típicas explicaciones (desde “debe ser un error del aparatito ese”, hasta el desubicado“che pero... estas seguro de que es mío?”) no pudo librarse de la presión para el matrimonio, buscar trabajo y un inimaginable largo etcétera. De hay en mas se le acabaron las salidas con amigos, la banda y sobre todo la libertad.” 
Termine de escuchar el  obvio desenlace y puse mi cara de reflexión, pasamos unos minutos en silencio hasta que mi viejo encendió la tele justo cuando empezaba el programa. Al llegar la pausa y antes de que se levante para ir al baño le dije:
-Che la verdad que la hiciste muy larga contándome esa historia, mejor hubieras utilizado la técnica de: “Mira lo que le paso a fulanito con su novia”, ejemplos conocidos hay de sobra.
-Bueno si eso te pareció largo, mejor no te cuento las vueltas que dio tu madre para decírmelo a mí. Al final me lo confeso justo la noche que eramos teloneros de Sumo, ¡Que lo parió che!

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